lunes, 12 de octubre de 2009

¿Os habéis preguntado cómo sería la vida vista desde la mirilla de la puerta?


El otro día, cuando estaba en casa, me pregunté cómo se vería la vida desde el punto de vista de la puerta de nuestra casa. Lo primero que pensé es que tenía que ser muy aburrido... la puerta diciéndole siempre "hola" a la puerta de enfrente, la misma que ha estado ahi desde vete tú a saber cuando. Pero ayer desafié a mi aburrimiento y pasé el día mirando a través de la mirilla. Pensé que era de muy friki o de muy cotilla... y la verdad es que mi curiosidad lanzó mis ganas. Pues bien, empecé por la mañana. Lo primero que observé fue que desde la mirilla se ve de un modo extraño... deforma las imagenes de nuestros queridos vecinos, transformando su cara cómicamente en algo parecido a E.T. A los 5 minutos, ya habían pasado unos cuantos sospechosos... El primero, un chico de "propagaaandaaa abrameee". No sé por qué, pero subió hasta arriba, a mi piso, a mirar el rellano. El segundo fue todavía más interesante... mis vecinos de enfrente, con su queridísimo nieto (para mí no tan querido, sobretodo en esos días de estudio en los que el ruido del viento te desquicia hasta la médula) y ahi fue cuando me pude reir largo y tendido. Se puso a hacer carantoñas variadas a mi puerta, sacando la lengua, enseñando el trasero... un cielín!! Al rato, distinguí las narices élficas (previa deformación de la lente) de mi padre, que abrió tan rápido la puerta que un poco más y me tira del susto que me llevé, y de la fuerza que usó para abrir la puerta... ¬¬ Entrada la tarde, vi a unos testigos de Jeova (no sé si se escribe asi) llamaron al timbre, y debe de ser que me oyeron, porque estuvieron insistiendo bastante en que les abriese la puerta (al escribir esto, me acuerdo de una muy buena amiga mia que suele abrir la puerta a esta gente, e incluso les invita a pasar al salón y les ofrece pastas para comer. Le mando un beso con muchísimo cariño). Después vinieron unos individuos vestidos de astronautas a la casa de enfrente, en ese momento sentí miedo de una guerra nuclear o algo asi... menos mal que cuando llamaron, dijeron que eran de las plagas, que resulta que tenían hormigas en la casa... En fin, pues estos son los sentimientos que experimenta nuestra puerta a lo largo del día: risa, miedo, felicidad, golpes y sobretodo, vergüenza de la cantidad de gente extraña que visita mi casa todos los días.

No hay comentarios:

Publicar un comentario